lunes, 20 de octubre de 2008

MILLI VANILLI CANTAN EN VALENCIA


Bajo una cuidadosa producción y mucho dinero los fabrica, los ponen a cantar y a bailar frente a una multitud fervorosa que espera con ansiedad la lavadora, la plancha o la bolsa de comida. Lo disfrazan de rojo porque ese es el color del espectáculo y se presentan en los alrededores de la monumental acompañados de grupos reales de vallenato, reggaetón y hip hop, aderezado con cerveza, que aparece gratuita para el deleite de los asistentes.
Todos prometen pagar el espectáculo el 23 de noviembre haciendo la respectiva cola en el centro de votación. Cantan y bailan con cuidadosa preparación. Horas de ensayo para que no se equivoquen con los pasos de baile y que mantengan la exacta sincronización entre los sonidos y la gestualidad vocal.
Milli Vanilli cantan a través de los anuncios publicitarios pagados y en la radio cuando no pueden esconderse mandan a que hablen por ellos sus dobles. Páginas enteras en los medios impresos y música de gaita en la radio. No atienden entrevistas, ni en la radio y mucho menos en la televisión, no vaya a ser que les pida que canten y se descubra que a capela sus voces suenan desgañitadas y desafinan. Las finanzas de sus negocios le permiten contratar la costosa producción, comprando los servicios profesionales para los cuales siempre podrán realizar una oferta que será muy difícil de rechazar.
Pero la verdad siempre se descubre, la danza de millones con que empujan sus campañas, cuentan con el freno de la conciencia social, que quiere ver que hay detrás de las bambalinas. Al final la gente quiere escucharlos cantar sin playback, que no son solo portadas de discos, que demuestren que detrás de esas campañas multimillonarias en lugar del amor a Valencia, lo que existe es sencillamente la búsqueda del retorno a la inversión y posteriormente echarle mano a la riqueza petrolera de Venezuela.

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