domingo, 27 de mayo de 2007

Capitalismo, socialismo y desarrollo tecnológico



Marcos Hernández me llama la atención sobre mi artículo anterior. No esta de acuerdo con que Socialismo signifique necesariamente atraso tecnológico. Tengo que reconocer que en algo tiene razón. Durante muchos años la Unión Soviética estuvo a la vanguardia en cuanto a la carrera espacial. A su vez tuvieron un importante desarrollo en la industria de armas, en la que competía con los Estados Unidos en un plano de igualdad, para provocar lo que se conociera como el equilibrio del terror. Es decir la paz mundial estaba garantizada debido a la probabilidad que una guerra entre las dos superpotencias acabará sencillamente con la vida, dada la magnitud del daño que podían causar sus armas nucleares.



Sin embargo, salvo estos avances, o el desarrollo de atletas de altas competencia que sirviera para demostrar la supremacía del régimen en el mundo, las sociedades socialistas se quedaron atrasadas comparadas con sus pares capitalistas. Recuerdo mis años universitarios en un foro con ocasión de las guerra de Las Malvinas que se desarrollo en el auditorio de FACES de la UCV. Dentro de los asistentes hay un estudiante proveniente de la URSS que toma la palabra; durante su intervención nos aclara para que sirve el acero ruso, nos explica que no se usa para la construcción de automóviles, sino para la construcción de armas que serán utilizados para la liberación de los pueblos del yugo del capital y del imperialismo.



Más claro no canta un gallo. Mientras en el capitalismo, el desarrollo tecnológico es desarrollado a través de la conjunción de Estado, Universidad y Sector Privado, y tiene como principal utilidad aumentar el confort de los individuos y la productividad, con lo cual mejora el nivel de vida, en las economías socialistas, el desarrollo tecnológico solo tiene un fin, aumentar el predominio del poder del Estado, ya que en estas sociedades el individuo importa poco.

TVes 5

A juzgar por las tendencias, este observador pronostica que la audiencia del nuevo canal que ocupara la frecuencia ocupada por RCTV, no superará el 5%. En que me baso para sostener sin ningún estudio calificado este nivel de rating, pues sencillamente en los número de participación de mercado de todos los productos comunicacionales de este gobierno. 5% es el número de televidentes de Venezolana de Televisión, si a eso unimos los televidentes de la emisora de la Asamblea Nacional ANTV y de VIVE, el número se mantiene igual, ya que el aporte de estas dos televisoras es sencillamente marginal.

5% es la cantidad de lectores del pasquín propagandístico VEA. Igual podemos decir de la radioescucha de Radio Nacional de Venezuela, cuyos números son muchísimos menores que estos. La conclusión solo puede ser una: los funcionarios públicos encargado de estos menesteres y sus aliados privados no tienen capacidad para lograr la atención de la población. Y no existen razones objetivas para pensar que después de ocho años de fracasos comunicacionales, tengan éxito en esta nueva aventura televisiva.

La razón del fracaso comunicacional y con toda seguridad será el fracaso del nuevo canal, es la poca visión comercial de sus patrocinantes. El canal 2 y el canal 4, al ser canales con claro fines de lucro tenían que realizar una televisión entretenida que garantizara audiencia y maximizará la venta de publicidad.

Programa que no garantizara un mínimo de sintonía salía del aire y era sustituido por otro programa que garantizara un mayor nivel de raiting. La gente vive la pasión de las novelas, y sueña con ser unos de sus protagonistas, se entretiene con sus musicales y con sus programas de concursos, y los programas culturales se hacen de manera que no aburran a los televidentes. A su vez los noticieros se realizan pensando en las noticias e informaciones que interese a la población. La razón del éxito de la televisora comercial es que busca la sintonía con sus televidentes y trata de ofrecerle una televisión que satisfaga sus necesidades de entretenimiento y distracción. Ahora bien no toda la televisora tiene que ser comercial para ser exitosa. Los ejemplos de la BBC, TVE y de muchas televisoras europeas dan señales que ciertamente no tiene que estar el dinero detrás para ser una buena televisión. Sin embargo estas emisoras cuentan con un desarrollo institucional donde todas existe espacio para todas las corrientes de opinión, incluso a las que adversan al gobierno.

A su vez que tienen amplias fortalezas institucionales que superan los períodos gubernamentales. Por tanto una nueva emisora, dirigida por el Estado y con la condición de parcialidad hacia el proceso político para sus productores independientes, solo es garantía de una televisión mezquina, políticamente interesada, y con toda seguridad: Aburrida.

domingo, 20 de mayo de 2007

Libertad, capitalismo y socialismo

Un pequeño problema tiene los regímenes socialistas, requieren de un Estado opresor para obligar a la “solidaridad” de sus ciudadanos. A diferencia del capitalismo, que nació naturalmente a partir del desarrollo económico de las sociedades, cuando todo se convirtió en mercancía y la sociedad en un mercado para la transacción de bienes y servicios, el socialismo requiere restringir la libertad humana para serla viable.

Mientras el capitalismo necesita y se nutre de la libertad, el socialismo requiere de la opresión. La creación del hombre nuevo no deja de ser una fantasía en manos de unos ilusos, que para pensar bien, podemos creer que son bienintencionados.

La lógica del capital es que cualquier persona puede aprovechar sus proyectos personales para su beneficio personal. Siempre que no le haga daño a nadie, pocos se pueden oponer a esta forma de pensar. Es más, a partir del beneficio particular, todos los que de alguna manera se relacionan con él, comienzan a estar en una mejor situación.

En la lógica del socialismo priva el bienestar colectivo, pero al aplicar este esquema a la naturaleza del hombre “racional egoísta” comienza a privar la ley del mínimo esfuerzo y cualquier requerimiento de trabajo adicional, solo es posible a partir de la obligatoriedad.

Mientras que en el capitalismo privan los incentivos de carácter positivo, es decir se trabaja por los beneficios que de él se obtienen, en el socialismo privan los incentivos negativos, el trabajo es una obligación y solo se realiza para evitar los castigos. De allí que mientras los países capitalistas progresan a partir de los desarrollos individuales, los países socialistas se estancan tecnológicamente y pocos son sus ciudadanos que buscan progresar, y si lo hacen es a través de actividades al margen de lo permitido por el Estado. No en vano, China luego de la revolución cultural dio rienda suelta a la libre iniciativa y a la consagración de la propiedad privada como un derecho fundamental de sus habitantes, y todos los países, sin excepción asumen abiertamente el capitalismo, una vez liberados del yugo proveniente del estado.

viernes, 11 de mayo de 2007

Un cambio de estrategia, por favor


Parece que la oposición no ha aprendido nada desde el 2002. Llevar todo a la confrontación directa contra el Comandante, jugarse todos los eventos como el golpe definitivo que sacará a Chávez del poder, realizar cualquier petición de rectificación de cambio de rumbo en la política gubernamental, esperando el ansiado “Chávez Vete Ya”, jugar cada batalla como si fuera el Waterloo de Napoleón. Para desgracia de la oposición, esta manera de afrontar la lucha, solo ha tenido un único resultado: un presidente cada vez más arrogante y entronizado en el poder, con el terreno dispuesto para realizar su proyecto político sin mayores contratiempos.

Es el momento de decisiones transcendentales y ciertamente la democracia se encuentra en riesgo, ante los avances de autoritarismo. La decisión de no renovar una concesión, que nadie sabe a ciencia cierta si realmente se vence el 27 de mayo, es una alerta de las consecuencias que tiene para un Medio de Comunicación Social, el tener una política editorial e informativa crítica.
El Presidente, en su estilo confrontacional que al final siempre le ha funcionado, plantea el cierre de RCTV, como un tema plebiscitario. En su discurso cuando se trata el tema, se esconde el engaño, ya que entre líneas dice: si me quieren, deben apoyarme en mi decisión de no renovar la concesión. Con eso calla al grueso de sus partidarios que no desean el cierre del canal de Televisión.

Pero la defensa de RCTV pareciera haber sido organizada como para la elección de Rosales o la votación para el SI en el Referéndum Revocatorio. Las mismas marchas, en los mismos lugares y con la misma gente. En ella se dicen dos cosas, abiertamente no quieren que cierren el canal y a soto voce que el Presidente se vaya, alejando con estas actitud, cualquier apoyo realmente popular a la defensa del canal de televisión. Llegan pues los defensores de la libertad de expresión, al lugar donde el presidente los estaba esperando. A estos estrategas, una pequeña lectura de Clausewitz u otro librito de estrategia militar no les caería nada mal.

Más inteligente hubiera sido solicitar un Referéndum Consultivo. Utilizar el discurso de la democracia participativa y protagónica amparados en todos los artículos, en la que la Constitución consagra la participación popular, dejar la decisión de la renovación de la concesión en manos del verdadero soberano. Ernesto Villegas está de acuerdo, con seguridad Luis Tascón, Iris Varela y Lina Ron estarían de acuerdo, solo a Chávez y los que en su sala situacional manejan los números con seguridad no les gustaría la estrategia.

jueves, 10 de mayo de 2007

La Ilógica de los controles

Ciertamente existen algunos pseudos-empresarios pícaros, y dada ciertas asimetría en la información en la relación cliente proveedor, algunas regulaciones deben existir para mejorar, hacer más eficiente y equitativo el mercado y evitar abusos. Así mismo, para evitar los excesos de un patrón ante un empleado con necesidad, existen las leyes laborales. Creo que nadie en su sano juicio estaría en desacuerdo con una serie de regulaciones en la economía.
Sin embargo cuando hay excesos de normas, lo más probable es que los efectos de los controles sean lo contrario de lo que espera lograr. El gobierno quiere que los comerciantes vendan carne barata y regula los precios de los cortes. El resultado: la gente no consigue carne cara, pero tampoco la barata.

Supongamos, ahora que está en boga la regulación en los precios de las clínicas, que éstas son efectivamente controladas. Supongamos que existe una clínica, que por haber sido gerenciada ineficientemente, tiene una nómina sobrecargada y le cuesta cumplir con las nuevas tarifas a riesgo de descapitalizarse y quebrar. La clínica goza de cierto prestigio médico, pero sus administradores no tanto.

La clínica asume ciertamente el problema, quiere cumplir con la regulación, pero para ello debe salir de cierto número de trabajadores para estar en los estándares de eficiencia de las demás clínicas. Lamentablemente no puede despedir a los trabajadores ya que están protegidos por un decreto de inamovilidad laboral. Sin un plan de reestructuración, es imposible la supervivencia en las nuevas condiciones. Luego acude al Estado para que escuche el caso, y en ese caso, a lo mejor, el gobierno coloca las tarifas tomando en cuenta al empresario ineficiente con precios por encima de los márgenes normales de ganancia de las clínicas, con lo que al final, el servicio, termina siendo más caro que cuando el gobierno no había metido la mano. O termina no haciendo caso al ineficiente, quebrando la clínica con todos sus trabajadores en la calle y por tanto con menos oferentes de salud y más desempleados.

jueves, 3 de mayo de 2007

¿Quién nos ayudará cuando la bonanza pase?


El Gobierno de Venezuela, como siempre a espaldas de lo que piensan sus ciudadanos, decidió retirar al país del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI). Estas instituciones creadas bajo los acuerdos de Breton Woods, se convirtieron en los principales entes multilaterales de apoyo para el mundo en desarrollo. Ambos organismos con sus misiones particulares: el FMI asistir a los países que sufren de serios desequilibrios financieros y por tanto su capacidad de pago para atender sus compromisos se encuentre seriamente afectada. El Banco Mundial por su parte, apoyar los programas y los planes de desarrollo los países de los países del que antes se conocía como tercer mundo. Ambos organismos trabajan coordinadamente, para obtener un préstamo del Banco Mundial, el país debe tener solvencia, de acuerdo a los criterios del Fondo Monetario. Pero a su vez el aval de estas organizaciones se convierten en una señal positiva para los inversionistas que quieren arriesgar sus capitales en los países en desarrollo.

Venezuela, utilizó de manera a estos dos organismos durante la década de los noventa. Debido a un importante déficit en las cuentas nacionales al inicio del gobierno de Carlos Andrés Pérez se acudió al Fondo Monetario Internacional, a fin de obtener dinero fresco que le permitiera solventar las necesidades de caja. La ayuda financiera, como era de esperarse tenía que venir acompañada de un conjunto de reformas que permitiera al país recuperarse y sostenerse financieramente. De allí que los programas de préstamos se dieran bajo estrictos condicionamientos de acuerdo a los criterios de la ortodoxia económica.
Ahora bien no solo fue Venezuela quien acudió al FMI. La mayor parte de los países Latinoamericanos acudieron a dichas instituciones, dados los severos déficits en sus economías durante los 80, aquella que llamaron la década pérdida.

Los resultados fueron ambivalentes, Por una parte los programas de ajustes que todas las economías asumieron tuvieron su éxito en cuanto al logro de la estabilización económica -objetivo explícito de los programas de ajustes-. Ahora la mayoría de los países tienen una inflación controlada y disfrutan de crecimiento económico sostenido. Pero por otra parte, los recortes en los subsidios y ayudas estatales, la sinceración en las tarifas de los servicios públicos, la privatización y reestructuración de las empresas públicas, con la necesaria salida del personal excedente, dieron mala imagen a estos organismos, como pocos preocupados por la situación social de los países. Estas críticas han sido muy discutidas al interior de estos organismos, especialmente después de la salida de Joseph Stiglitz de la Vicepresidencia del Banco Mundial. A su vez, la burocracia imperante en ellos, muchas veces dificultan los flujos de recursos que los programas requieren para su implementación, especialmente cuando estos son de cierta complejidad.

Venezuela, se da el lujo de anunciar su salida de estos organismos. Respaldada por tres años de altos precios petroleros, la dirigencia actual cree que Venezuela nunca más necesitará apoyo del exterior para sus economías; en su arrogancia no logra ver que los precios del petróleo han sido extremadamente volátiles desde la los años setenta. Que si en el futuro próximo caen los precios petroleros, Venezuela puede entrar en una situación de riesgo financiero. Para ese momento, una vez pase la borrachera, cabe preguntarse, no perteneciendo al Fondo Monetario Internacional, ni al Banco Mundial, quien apoyará financieramente a Venezuela, en su recuperación y en sus programas de desarrollo. ¿Serán los países del Alba, Argentina, o quizás una China cada vez más capitalista?