lunes, 20 de octubre de 2008

LA CRISIS DE LAS BOLSAS EN VENEZUELA


Como ya es tradicional en la Venezuela actual, toda situación que ocurre es analizada de acuerdo a la postura política de quien analiza el hecho. No podía ser menos con la caída estrepitosa de las bolsas de valores en el mundo. Por el interés de la noticia, los periodistas auscultan la opinión de los expertos, para determinar cuales pueden ser las consecuencias en el país, y como es de esperarse, si la persona que es interpelada es muy roja, dirá que ese es un problema del capitalismo, que Venezuela esta inmunizada, que las medidas tomadas por el Presidente permite que Venezuela surja como potencia mundial como abanderado del socialismo del siglo XXI. Pero si el requerido es un economista vinculado con la oposición política, verá un futuro negro en los próximos años, gracias por supuesto a la improvisación y erradas políticas del gobierno en materia económica, que nunca supo prepararse para esta contingencia.

Como creo entender la verdad se encuentra entre dos aguas. Por un lado, hay que tener en claro que Venezuela es un país etiquetado como “monoproductor”. Es decir que la casi totalidad de sus ingresos es por la venta de un solo producto, petróleo. En este contexto hay que considerar que a pesar de los altos precios petroleros que se mantuvieron en el año hasta que irrumpiera la crisis, Venezuela vivió con un precio de venta estimada en US$ 36 el barril. Las estimaciones presupuestarias para el próximo año rondan por los US$ 40, por lo que puede soportar medianamente una caída abrupta del precio petrolero.

Ahora bien, en que ha usado el gobierno lo ingresos no presupuestado. Por una parte alimenta las reservas internacionales, pero otra es usada discrecionalmente por el presidente de la República a través del FONDEN y de los gastos de PDVSA. En el caso que el precio del petróleo caiga a los niveles estimados en el presupuesto, se afectarán solamente los gastos no presupuestarios de la República, entiéndase ayudas a países, compras de armas y otros caprichos.

Pero no puede dejarse de lado el escenario que el precio del barril petrolero caiga por debajo de esa banda de precio, en ese caso perderé mi condición de opinante equilibrado y comenzaré a pensar como el más recalcitrante economista que apoya a la oposición.

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