martes, 21 de abril de 2009

LA RAYA AMARILLA



¿Este gobierno ha traspasado la raya amarilla? Ésta parece ser la gran pregunta que debemos responder todos aquellos que de alguna manera nos ocupamos de estos asuntos. Para beneficio de los que no conocen la metáfora, se refiere a que alguna autoridad pone en el piso una raya amarilla, la cual no debe traspasarse. Si alguien llegara a traspasarla enseguida algún representante de la autoridad se acercaría al infractor y gentilmente le pediría que se retirara al espacio que le corresponde y si este insistiera en su desobediencia, el representante de la ley, le invitará por las buenas o las malas a retirarse de donde se encuentre. La raya amarilla forma parte de nuestra cotidianidad, en especial cuando tenemos que hacer la cola en un banco donde el espacio allende de la bendita raya, es solo reservada para el personal de la institución financiera o quien se encuentra realizando la transacción con el cajero respectivo.
En la Venezuela de hoy, que alguien diga que traspaso la raya amarilla quiere decir que el régimen actual es dictatorial, y por tanto alguna autoridad, que uno supone debe ser el poder judicial o el ejército, debe actuar y poner a los infractores en su sitio. La gente asume que acciones ilegales o inconstitucionales deben ser rechazadas por los ciudadanos y por tanto castigadas. En países de institucionalidad fuerte cualquier presidente puede abandonar el poder por acciones de un tribunal independiente, si se le comprueban hechos que colidan con la ley, pero este no es el caso de los regímenes autoritarios de viejo o nuevo cuño. Los dictadores no salen por decisiones judiciales. Tampoco los golpes militares son garantía de la restitución de la institucionalidad democrática.
En resumidas cuentas, la gente tiene todo el derecho a rebelarse si siente que un gobierno o una acción gubernamental esta generando un gran daño a una nación y que las salidas por los caminos institucionales están bloqueadas. Y esa decisión no debe depender de que algún gurú, comentarista o político diga que ya se pasó la raya amarilla, sino del sentido de ciudadanía de cada quién.

martes, 14 de abril de 2009

LA RANA SANCOCHADA


La metáfora la conocí en un taller Desarrollo Organizacional que por aquellos días dictara Eleazar Grynbal. El que quiera emprender un proyecto de cambio social, debe saber que la primera reacción que va a enfrentar son los mecanismos de defensa del sistema. Mejor que confrontar al sistema, era ganárselo y paulatinamente ir desgastando sus protecciones hasta que no pueda responder. El tema es como hervir la rana, puesta que si esta se echa en el agua hirviendo brinca y no se podrá cocinar. En cambio si se sumerge en agua a temperatura ambiente y paulatinamente se va calentando la olla, la rana se irá aclimatando a la nueva temperatura y cuando se de cuenta que la están cocinando, ya será muy tarde para responder puesto que estará atontada por los efectos del calor y su organismo incapaz de realizar cualquier acción.
La sociedad venezolana hoy parece estar lejana a aquella rebelde de la que Guzmán Blanco comparaba con un cuero seco que se pisaba de un lado y se levantaba por el otro. La arremetida que desde el gobierno ha enfilado sus baterías de guerra contra el sector privado, los sindicatos y la descentralización genera preocupación en los sectores democráticos, pero poca acción. La ley que despoja a la Alcaldía Mayor de sus bienes y la deja sin recursos para atender sus responsabilidades, es solo una muestra de que lo que es capaz el régimen en aras de su objetivo político. Si la medida afecta la estabilidad laboral de cuarenta mil personas, este es un daño menor, al lado de lo que significa el sacar del juego a Ledezma. Que por él votaron más de la mitad de los caraqueños tiene poca importancia, puesto que los votos que valen son los que favorecen al régimen. A los gobernadores se les quitan los puertos y aeropuertos, a las empresas de alimentos se les amenaza con expropiarlas, se invaden fincas productivas descaradamente sin que la sociedad pueda organizarse para defenderse de los desmanes gubernamentales.
Se entiende que se tenga que esperar la salida democrática. El único problema es que si no hay elecciones pronto, puede ser que para ese día la rana ya se encuentre sancochada. ¿O será qué ya lo está?

martes, 7 de abril de 2009

DEMOCRACIA ACOSADA


Dile a tu esposo que tenga cuidado con lo que dice. No, no fue una amenaza, sencillamente fue un consejo amable de una vecina a mi esposa, justo después que a los comisarios y policías implicados en algunas de las muertes del 11 de abril, recibieran la máxima pena que puede recibir un reo venezolano. No estuve presente, para saber si el tono era sincero o sencillamente ironizaba sobre la arremetida autoritaria del actual régimen. Ciertamente escribir en este país hoy tiene sus riesgos. Si bien no he recibido amenazas, la autocensura muchas veces se impone. Un amigo me recomienda para dar unas clases en una de las sedes del UNEFA Valencia, la respuesta del capitán que coordinaba los postgrados fue que yo escribía mucho. Como verán mi descalificación a priori responde a criterios “puramente académicos”, donde si no escribiera daría clases. Pero ciertamente debo estar tranquilo, otros corren más riesgos.
Para el actual régimen, no se trataba de hacer justicia. Se trata de sencillamente de mostrar a la gente cual puede ser su destino si te llegas a meter con él. Para toda revolución, más importante que sus pretendidos beneficiarios, que eufemísticamente se le da por llamar pueblo, es que el líder y la nomenclatura se queden donde están. Tampoco es exclusivo de la revolución, puesto que ese es la razón última de toda autocracia, solo que las dictaduras de derecha son menos hipócritas. Pero llegó la hora de quitarse el discurso democrático. Rosales, preferible exiliado que preso. Baduel en las celdas de Ramo Verde. Simonovis, Vivas y Forero, condenados a treinta años de cárcel. Ledezma ganó, pero que vaya a ver como se gobierna sin el situado constitucional que le corresponde. A Pérez Vivas se le despromulgará, porque, cosa insólita, la única vez que el CNE se equivoca es a favor de la oposición. A Capriles y Henrique Fernando ya se le están abriendo sus respectivos juicios, por quien sabe que acto administrativo. Al disparen primero y pregunten después se le sustituye con el sentencien primero y justifquen después. Así son las revoluciones y las dictaduras, a los líderes opositores no se les gana con argumentos, sino con exilio, prisiones y desapariciones, y este parece ser el rumbo del único país donde la gente le dispara a los policías en defensa propia.