lunes, 17 de marzo de 2008

CAMBIO CURRICULAR EN LOS NUEVOS TIEMPO


Uno de las grandes reformas que veremos en el futuro será la transformación del Estado Docente. Creada en Venezuela bajo la égida de Guzmán Blanco, la educación dirigida desde el Estado fue uno de los pilares del proceso de modernización. El Estado Docente no significa el monopolio estatal de la propiedad de las escuelas, pero si el monopolio del Estado en materia curricular. Los contenidos con que los maestros enseñan a sus alumnos son aprobados desde el Ministerio de Educación y los textos utilizados en las aulas igualmente deben estar adaptados a los currículos aprobados.

Amparados bajo el objetivo de la modernidad, el Estado Docente contó siempre con el consenso nacional. Los cambios curriculares que de cuando en cuando ocurrían podían ser objetados, pero desde la posición de los expertos, nunca desde la posición de los padres y representantes. Ni siquiera desde los sujetos que deberían dictar los nuevos contenidos, los maestros y profesores. Si no había discusión profunda de ellos era porque había consenso social, sobre los objetivos del currículo, en el entendido que este ayudaría a la formación de hombres y mujeres adaptados a desenvolverse en la sociedad y además apoyar con su esfuerzo en la construcción de una sociedad moderna.

El Estado Docente, es un problema cuando el consenso social sobre sus objetivos se quiebra. Si no existe consenso sobre la construcción de una sociedad socialista como modelo de país, difícilmente puede establecerse como norte de la educación obligatoria que deben dictar las escuelas y liceos en Venezuela. Los tiempos cambian y si antes unos burócratas desde el Ministerio de Educación decían que debían aprender o no y que valores debería buscar socializarse desde la escuela, hoy la gente no lo acepta tan pasivamente y se rebelan ante la imposición unilateral del currículo, ya que sencillamente este debe reflejar los consensos sociales, y no los delirios ideológicos de una persona o las creencias y los gustos de unos burócratas en el edificio de la esquina de Salas.

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