jueves, 10 de marzo de 2011

LAS PRIMARIAS Y SUS DOLORES DE CABEZAS


Tal como lo comente luego de las experiencias para escoger a los candidatos a diputados por la vía de las primarias, éstas llegaron para quedarse. Ante la angustia de algunos amigos que la oposición no llegue unida a la contienda presidencia les digo que se queden tranquilos, que un candidato que represente a la alternativa democrática existirá y este será escogido en elecciones primarias. Pero esto deja una serie de interrogantes de los cuales comentaré algunas de ellas.

1. La fecha de la elección. Como en algunas carreras, hay algunos que salen con ventaja. Los punteros desean una carrera corta para aprovechar su puesto de salida, otros temen que una carrera adelantada les impida contar con el tiempo suficiente para alcanzar a los primeros. El criticar a los que piden tiempo porque lo consideran oportunistas se olvidan que es igualmente criticable apurar la carrera porque se tiene una ventaja circunstancial. Hay que considerar que se requiere tiempo para que los candidatos hagan sus campañas, que puedan darse a conocer en el país y que la gente pueda evaluar sus propuestas. Pero por otra parte la escasez de recursos invita a campañas cortas, y tener tiempo para contingencias que saldría por las acciones de un gobierno que como dice Aveledo es superavitario en recursos, pero deficitario en escrúpulos. Hay que contar que pueden inhabilitar a candidatos electos o adelantar elecciones, si con esto obtiene una ventaja electoral.

2. La segunda vuelta: Antes de tomar cualquier decisión al respecto, hay que pensar cuanto es la capacidad financiera y logística con que se cuenta. Si existiera abundancia de recursos se pudiera analizar la fórmula del ballotage, es decir una segunda vuelta en el que participarían solo los dos candidatos más votados en la primera elección, pero creo que precisamente recursos no es lo que sobra. Así que debe privar cierto criterio de eficiencia, lograr la mayor cantidad de objetivos con los recursos disponibles. Esto supone una elección simple, donde el candidato a presidente sería el que obtuviera la mayor cantidad de votos.

3. La elección de los candidatos a gobernadores y alcaldes. Lo que es bueno para el pavo, es bueno para la pava. Si se asume la metodología de las primarias para escoger al candidato presidencial esta debe ser igualmente válida para gobernadores y alcaldes. Ahora el dilema es si hacerla separada o conjuntamente con la primaria presidencial. Los recursos disponibles es la primera variable a considerar.

De existir dinero habrá que plantearse su necesaria separación. Dilucidar primero el candidato presidencial permitiría despejar las dudas sobre las candidaturas de gobernadores y alcaldes presidenciables. Un candidato presidencial conocido de antemano despejaría el panorama para las aspiraciones a gobernaciones y alcaldías. Si el vencedor de las primarias fuera un gobernador o alcalde renunciaría a la reelección y los no triunfadores pueden mantener sus espacios regionales o locales si así lo deciden los electores en unas primarias regionales que se realizarían con posterioridad. Si no fuera posible separar las elecciones y solo habría un día para todas las elecciones primarias se tendría que permitir que aquellos que ocupan cargos públicos puedan postularse para dos cargo y contar con la posibilidad que una persona saliera triunfante en sus dos aspiraciones. Si así fuera, debería estar planteado que este renuncie a uno de los dos y realizar una nueva elección pero solamente para ocupar las vacantes.

El tema es largo y el espacio corto. Así que seguiremos comentando este tema.

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