viernes, 26 de marzo de 2010

LA IGUALDAD: EL RETO DEMOCRATICO


Sin gran sorpresa escucho en la radio la invasión de la Finca “La Guachafita” propiedad de los padres de Valentina Quintero, luego leo una sentida crónica escrita por su hija Arianna. Lo más lamentable de todo su relato fue la transformación de los pobladores. Esa gente amable con los que convivían los abuelos, de repente eran depredadores ambientales, quemando y talando un terreno del que se quisieron apropiar, apelando razones de una “justicia social”, que yo preferiría llamar la explotación del rico por el pobre. Entiéndase, no es importante el origen de la riqueza, tampoco es importante porque algunos pobres son pobres, hay que igualar la sociedad a juro. Que alguien haya estudiado, ahorrado e invertido, mientras otros se dedicaban a vagar y despilfarrar en alcohol y vicios sus ingresos pareciera ser un detalle menor. La ideología que existe desde el gobierno es que el rico es culpable y el pobre inocente y por tanto, el robar está permitido si eres pobre. La trasnochada lucha de clases que asesinó y empobreció sociedades durante todo el siglo XX y que ahora amenaza seguirlo haciendo.
Tampoco me sorprende la auto-jubilación decidida por los magistrados del TSJ. Ser rico es malo, pero parece que ellos no les preocupa ser los villanos de la película, siempre que puedan cobrar y bien. El bozal de arepa funciona y ellos saben quien es el dueño. El tema es que se jubilan para no ser alcanzados por la reforma de la ley de emolumentos de la función pública, en lugar de enfrentar su presunta inconstitucionalidad. Al final la legalidad es menos importante que las decenas de miles que ingresan mensualmente a sus cuentas bancarias.
Dos situaciones en dos contextos, solo un elemento común, la ilegalidad puede ser conveniente dependiendo de a quien beneficie. Mientras el liberalismo y su manifestación política, la democracia representativa se plantean la igualdad formal, el objetivo que se plantea el socialismo es la igualdad sustantiva. Sin igualdad formal no hay democracia, sin igualdad sustantiva, no está garantizada la gobernabilidad. Con pobreza la política puede caer en manos de demagogos que convierta a pacíficos pueblerinos en hordas. La propuesta ideológica de la alternativa democrática debe generar ideas para congeniar dentro de la libertad mecanismos para garantizar la igualdad como objetivo de la política y esta el medio para el respeto a las leyes.

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