martes, 24 de noviembre de 2009

RECESION Y CIRCO


En cualquier país donde las cosas se toman en serio, hubiera sido la noticia del año. Por semanas, tanto economistas como políticos estarían comentando sobre ella. El presidente hubiera llamado con urgencia a sus ministros de la economía para encontrar soluciones, y si además de ser un país serio, tuviera un gobierno decente, algunos de ellos hubiera puesto su cargo a la orden. Pero estamos en Venezuela y la noticia que estamos en recesión, tiene tanta importancia como las rutinarias victorias del Magallanes en esta temporada.
Mientras la noticia sale con casi un mes de retraso, el gobierno mira hacia el otro lado. Está más interesado en que la gente mire a la frontera y prepararse para una guerra fraticida. Ante una epidemia se toman previsiones. Frente a la gripe AH1N1 los gobiernos generan políticas: cercan a los posibles infectados, realizan campañas de prevención donde se le indica a la gente como toser o estornudar y de estar pendiente de lavarse las manos. Ante la recesión mundial, se tomaron medidas de restricción del gasto, pero ninguna medida para reactivar el aparato productivo. Se advirtió que el crecimiento económico de los años anteriores, no era sostenible. Que era un espejismo ocasionado por el alza de los precios del petróleo en los mercados internacionales. Que a su vez, si no se tomaban acciones, la mejoría de la posición exportadora de Venezuela por la venta de hidrocarburos, atentaba contra la posición competitiva al afectar la producción de las otros productos exportables y sería por tanto predecible la crisis, cuando los precios cayeran.
Quizás lo económico no fuera importante, sino afectara directamente a la gente. Con precios más elevados, menos ventas y menos trabajo, muchos venezolanos pasaran una triste navidad. Mientras aumenta el desempleo el megalíder, en lugar de poner correctivos, piensa que la solución es cambiar el instrumento de medición. Quizás busque un indicador que muestre como positivo la destrucción de la economía.
Mientras el país se desbarranca, la mesa de la unidad se olvida que el país existe y sigue pendiente del tema de candidatura para la Asamblea Nacional. Ningún político pidió responsabilidades, tampoco ofrecen salidas para que la gente pueda contrastar. Algo como de haber estado nosotros allí, hubiéramos enfrentado la crisis de tal manera, y de ser gobierno estaríamos implementando estas políticas para paliar el daño que la recesión provoca en el venezolano. Además de la mesa de unidad, la constitución de un gabinete de sombra, es una señal de sintonía con la gente y el país. Pero parece que creen que el país come primarias con múltiples tarjetas de colores.

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