viernes, 19 de agosto de 2011

CAMBIO DE AGENDA


Estaban preparándose para un gran evento electoral. A la “gran misión Vivienda”, le seguiría la “Gran Misión Trabajo”. Me cuentan que el voto es un acto emocional, pero aquí era una simple transacción, a cambio de la promesa de tu voto, te doy un ticket para optar por una casa o un trabajo. Por supuesto que la gente se emociona, sobre todo aquellos alquilados que por las políticas actuales no consiguen quien les arrienden una vivienda. A la batalla para el 2012, como gustan decir en sus códigos militares aplicados a la política. Ciertamente estaban montados en la estrategia electoral y a mi modo de ver con bastante acierto, en lo que a campaña se refiere.

Pero algo paso en el camino y todos saben que.

El presidente cada vez se viste más de militar. Sobre su hinchado cuerpo luce su estandarte de máximo jefe del ejército. Nos quiere convencer que este es un régimen revolucionario. Se entrevista con José Vicente en la Academia Militar. Los generales comienzan a hablar de que solo sirven a su líder y no a quien la población disponga en unas elecciones libres. Parece que al régimen ya no le interesa ganar votos.

La revolución tiene muchas debilidades. Una ideología que solo conduce a la miseria humana. El burocratismo que impide un mínimo de eficiencia en la gestión pública. La corrupción que corroe la solidaridad que dicen tener los socialistas. El militarismo que inhibe la discusión de las ideas a la obediencia. Pero mucho más la dependencia en un líder mesiánico y ciertamente con el carisma de los líderes trágicos.

Sin Chávez se desvanecen las posibilidades de victoria en el campo electoral. La oposición sigue en su estrategia. Por un lado garantizar la unidad a través de elecciones primarias, y ahora con una tarjeta unitaria a la que pueden adherirse los partidos y muchos lo harán, si la opinión pública se imponen, finalmente todos. Por otra parte, se discute el proyecto de país alternativo. En todos los lugares hay gente pensando como retomar el rumbo del país. Avanza, lentamente, pero avanza. Por eso son peligrosos. Si luchan por la vía electoral, se debe decir que conspiran.

Para el régimen, ver cada vez más lejos el triunfo electoral, significa en un país democrático la perdida de poder. Si no es por elecciones que se puede mantener la revolución, existen otras vías. En eso parecen estar en sus salas situacionales. Para quienes las elecciones son solo una “ventana táctica”, perfectamente descartable a la hora de mantener el poder. Hay mucho en juego, sobre todo las prebendas que da el mando. Que los militares abandonen el gobierno y regresen a los cuarteles posiblemente no sea algo que tomen con alegría. En un país que depende de la renta petrolera, el mejor negocio es lo que el argot de la ciencia política americana se conoce como “rent seeking”. El caso venezolano es singular, los buscadores de renta, no solo se encuentran en suelo patrio.

Luchan contra las creencias políticas del venezolano. Posiblemente no posean una gran cultura cívica, pero les gustan sus elecciones. Al pueblo que lo manden los que ganaron las votaciones. Luego de cincuenta años de escoger mandatarios, que alguien llegue o se mantenga por otra vía, luce cuesta arriba.

Pero hace casi veinte años el que hoy es presidente se hizo conocer cuando quiso tomar el poder por las armas.

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