martes, 14 de junio de 2011

ESTAFADO, EXPROPIADO, INVADIDO


Quien lea este título en cualquier país distinto al nuestro, seguramente pensará que se trata de una comedia americana donde a un hombre, comienzan a pasarle una serie de desventuras, muchas de ellas hilarantes, porque al final de cuenta estas cosas solo le pueden ocurrir a un personaje de ficción y no a alguien de carne y hueso y donde al final luego de los enredos hay un “happy end”.

Quien viva en Venezuela, sabe que estamos hablando de la cotidianidad de un país, que tiene la desventura de vivir bajo la égida de un gobierno ávido de poder y absolutamente incapaz de poner algo de orden para la convivencia ciudadana. Estafados, expropiados e invadidos, es la experiencia que les ha tocado vivir a los compradores de una vivienda en el sector Lomas de la Hacienda, ubicada en el Municipio San Diego del Estado Carabobo y constituye una muestra de la incapacidad y la demagogia gubernamental.

Estafados: Uno de los deberes del Estado es garantizar el cumplimiento de los contratos entre entes privados. La razón por la cual debe existir la presencia de un árbitro con poder, está dada por una falla de mercado que se conoce como asimetría de la información. En el caso de la preventa de viviendas el comprador no tiene la seguridad que ésta le será entregada, una vez la haya pagado. La vía jurisdiccional es la que se ocupa de resolver estas diferencias y al ejecutivo hacer valer las decisiones judiciales. Las demoras en las entregas de viviendas, lo que demuestra es la debilidad institucional del país para garantizar el cumplimiento de los contratos y posibles condiciones del entorno, no previstas inicialmente que ocasionan la imposibilidad de los compromisos originarios.

Expropiados: Es la vía utilizada por el gobierno para avanzar en su proyecto comunista. Sin embargo cabe decir que al no existir el pago de la indemnización contemplada en la constitución nacional, lo que se está es en presencia de una apropiación indebida de un estado abusador. La expropiación de los urbanismos tenía el propósito expreso de recomenzar las obras para entregárselas a sus legítimos propietarios, ante el incumplimiento de los constructores originales. Lástima que no hayan avances, tras 8 meses de decretada la toma y los dueños ahora no tengan instancia oficial ante quien acudir por el incumplimiento, ahora del estado, en un país que adolece de estado de derecho.

Invadidos: Como si fuera poca la tragedia de nuestros protagonistas, ahora le toca el drama de defenderse de los invasores. En la Venezuela de hoy, cualquier colectivo siente que tiene el derecho de apropiarse de bienes ajenos, con la particularidad que para ello cuenta con la protección de aquellos que deberían garantizar el cumplimiento de la ley. La invasión de Lomas de la Hacienda, contó con la vista gorda de los militares que custodian los inmuebles. Solo la acción enérgica de los propietarios, evito la toma de su patrimonio.

Lástima que no vivamos en la comedia americana, sino en la tragedia venezolana. Será que esperamos por el “happy end”.

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