martes, 27 de julio de 2010

LA BATALLA DE LAS VANIDADES


El hecho fue largamente meditado, porque la venganza es un plato que se come frío. No podía irse de la presidencia y dejar pasar dos años de desplantes e insultos. Unas semanas antes de entregar es el momento adecuado, antes hubiera sido enredarse en una situación muy conflictiva. Que Santos arregle el entuerto, que para eso es bueno. El presidente herido en su amor propio, es lo suficiente calculador para no responder de inmediato a los insultos que a semana se venían desde la más alta investidura de su país vecino. En su lugar darle donde más le duele dañar la credibilidad ante sus colegas. Que la Oea no sea el escenario jurídicamente adecuado para estas acusaciones, no importa. Lo importante es dejar desnudo al emperador, políticamente está en sintonía con sus objetivos. Al final que se pierda algo de dinero y que algunos colombianos que viven del comercio con Venezuela se queden sin empleo es un precio bien pagado por ver al embajador venezolano en la Oea inventando películas de vaqueros y al presidente Chávez obligado a combatir aunque sea discretamente a la guerrilla que asesinara a su padre.
Del otro lado, no se esperaban la jugada, pero son buenos tácticos y saben que en toda amenaza existe una oportunidad. Todo conflicto internacional es conveniente a sus intereses. Ahora cuando hay una elección encima donde los temas de gestión interna del gobierno no ayudan a sumar votos, no puede dejar de aprovechar la pelea con el vecino país. Romper relaciones es una jugada dura, pero menos que una declaración de guerra. Lo importante es que resulte lo suficientemente escandalosa para que internacionalmente no sea significativo si existen o no guerrilleros en Venezuela, sino el estado de las relaciones bilaterales. En lugar de coordinadas de campamentos y guerrilleros bañándose en Caroní Chico, las consecuencias de la ruptura es lo que se verá en la primera página. También habrá menos espacios para noticias de contenedores de comidas podridas, empleados públicos en huelga o calles trancadas por transportistas a quienes unos malandros le segaron la vida. Hay que armar bastante alharaca con este aquelarre, que siempre conviene y si la Mud, pide sensatez, diremos que son enemigos de la patria. Quizás sea la ocasión dorada para meter preso a los gobernadores fronterizos. Cachicamo trabaja pa´lapa, hubiera dicho el expresidente Herrera de estar vivo.
Que al final la gente se embrome con estas batallas de vanidades, es un detalle sin menor importancia.

sábado, 24 de julio de 2010

LA LEY DEL EMBUDO LABORAL


A veces es inevitable, el tráfico del mediodía y el reproductor del carro dañado. Quedo atrapado en el momento en que aparece una de las impertinentes y tediosas cadenas del Teniente Coronel (r). La primera opción, buscar emisoras que no se hayan pegado a la transmisión, nada ninguna emisora en período de prueba, tampoco ningún operador distraído o una computadora no programada, la voz del presidente inunda el espacio radiofónico. Me resigno y apago la radio para no soportar la perorata. De cuando en cuando la prendo, o bien por distraído o porque guardaba la vana esperanza de la brevedad del discurso. Lo escucho de a ratos, hasta el momento en que se hace intolerable a mis emociones.
Como buen comunicador suele ser anecdótico, habla de su paseo por un salón de belleza y un fugaz encuentro con las peluqueras del local. Cobran si hay clientes, si no hay clientes no cobran, trabajan sin seguridad social y sin prestaciones sociales, no hacen un sindicato, por que la despedirían. Evidentemente que si fuera un esquema de relaciones de un patrono con sus trabajadores, estaría afectando la legislación laboral y la empresa sancionada. Pero es que en realidad es una relación comercial aceptada por las peluqueras, para compartir los gastos y mantenimientos del local y garantizar ingresos superiores al salario mínimo que el gobierno impone, que sería el salario que cobrarían si a los dueños se les obligara a contratarlas como trabajadoras.
Dice que la ley comienza por casa, así que valdría la pena revisar como el gobierno maneja algunos casos de sus relaciones laborales:
Por una parte los aumentos de sueldos de los funcionarios públicos, con excepción de las fuerzas militares, que se han decretado en los últimos años, recurrentemente se encuentran por debajo de los índices inflacionarios, lo que significa que en términos reales existe una disminución en los sueldos de la administración pública. Mientras que a las empresas privadas se les obliga a pagar las prestaciones apenas salga el trabajador, el empleado público puede tardar años esperando el cobro de ese derecho laboral. Trabajadores de Venirauto fueron despedidos apenas asomaron la idea de un sindicato.
Pero además vea el ejemplo de los profesores contratados por la Universidad Experimental de las Fuerzas Armadas, donde cobran mal y siempre a destiempo, por supuesto en las mismas o peores condiciones que las peluqueras ya que no cobran utilidades, ni poseen prestaciones sociales, que cobran si dan clase, pero si no hay clase por alguna contingencia fuera de su control como por ejemplo un día de fiesta, tampoco hay pago. ¿Será que habrá sindicato de profesores en la Unefa? ¿Habrá algún profesor que se atreva a fundarlo?¿O temerá que le apliquen el mismo remedio que a los sindicalistas presos de la Cvg?

lunes, 19 de julio de 2010

UNA SANCIÓN POLÍTICA


Será inútil en estos días, obligar a las autoridades del actual gobierno a actuar de acuerdo a aquello que se llamé Estado de Derecho o apego a la constitución y a las leyes. Desde que Chávez regañara públicamente a un oficial en aquellos días del paro por tener que cumplir la sentencia de un juez, es conocido que para este gobierno entre la política y las normas, siempre priva la primera.
La lucha de la población para mantener sus espacios de libertad no se realizará a través de jueces o magistrados. No podemos esperar nada del Tribunal Supremo de Justicia, quienes avalarán todas las directrices emanadas desde Miraflores o de la sede del Psuv. El gobierno todos los días se lo hace saber a los jueces. El trato dado a la Juez Afiuni es solo una muestra de lo que puede ocurrir en caso de desacato. A fin de acercar la teoría a lo que ya es práctica, la presidente del Tribunal Supremo de Justicia expone su doctrina de unidad de poderes, lo que en los hechos se traduce en mayor vulnerabilidad del ciudadano frente a los atropellos de quien tiene el monopolio de la fuerza pública.
Las acciones del gobierno ya son conocidas. En esta campaña electoral es de esperarse el uso ilegal e ilegitimo de los recursos del estado. El abuso del poder en todas sus formas. Desde la inhabilitación de candidatos opositores con oportunidad de victoria, el uso con carácter monopólico de los canales del estado de los cuales uno usa cinicamente el lema de todos los venezolanos y por supuesto las interminables y fastidiosisimas cadenas de radio y televisión. El amedrentamiento de funcionarios públicos, el chantaje descarado a los beneficiarios de la misiones, las decisiones sesgadas desde la directiva del Consejo Nacional Electoral, el financiamiento de la campaña por parte de las empresas públicas y otros organismos del estado, la participación de funcionarios públicos en la promoción de los candidatos de gobierno y pare de contar.
Dado que el gobierno y sus autoridades seguirán actuando con total impunidad y puesto que éste solo responde a sanciones de carácter político, habrá que diseñar mecanismos para convertir en sanciones políticas todos los abusos de poder cometidos y por cometerse. Que las cadenas se expresen en profundos actos de rechazo ciudadano, que el abuso de la propaganda política generen indignación, que las inhabilitaciones refuercen el compromiso con los candidatos alternativos. En la medida que sean los ciudadanos los que respondan a los abusos de poder y ejerzan una sanción política, el gobierno se verá obligado a respetar las normas de un juego democrático.

martes, 13 de julio de 2010

EL DOCTOR JEKILL Y EL SEÑOR HYDE: UN CASO VENEZOLANO


Creo que todos mis lectores conocen la famosa novela de Robert Louis Stevenson, El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, aquella donde un científico filántropo y educado se transforma gracias a cierta pócima de su creación en un misántropo y cruel asesino. No pongo en duda, que Stevenson, haya conocido personas que hayan padecido lo que se conoce como trastorno múltiple de personalidad, pero básicamente su novela no deja de ser una alegoría del bien y del mal que vive en cada persona, donde cada quien actúa de acuerdo a un código de conducta o principios éticos, o lo que se conoce como conciencia, aquella que le aconsejaba a Gilberto Santa Rosa, que dejara sus aventuras amorosas y adquiriera un poquito de inteligencia emocional. En este caso, lo que para el Dr. Jekyll podía ser una conducta impropia, como por ejemplo matar a un semejante, para el señor Hyde, no tendría mayor importancia.

La conciencia de un país se encuentra en sus instituciones, es decir el conjunto de reglas que las sociedades se imponen para normar las conductas de sus habitantes, bien sean éstas de origen cultural, dado por los usos y costumbres o bien sean impuestas por las autoridades en formas de estatutos. En este sentido, a fin de garantizar la convivencia ciudadana, los gobiernos crean leyes que complementan o regulan las instituciones culturales, así que la gente sabría a que atenerse en sus relaciones con los demás.

La principal de las instituciones republicanas y de las monarquías constitucionales, son las constituciones. Estas serían las principales referentes de lo que puede hacer los gobiernos y de la conducta de los ciudadanos. Una garantía que tanto las autoridades como los ciudadanos actuarán como el Dr. Jekyll y evitar que un Mr. Hyde que tiene el monopolio de la fuerza pública aparezca para el terror de los ciudadanos.

Lo que era impensable es que una nación se gobierne con dos códigos contradictorios de conductas. Por un lado el país nacional, que ingenuamente piensa y actúa según los criterios de la constitución aprobada en referéndum el año 1999 y por otra parte un gobierno que actúa de acuerdo a criterios marxistas de acuerdo al proyecto de una constitución rechazada igualmente en referéndum en el año 2007.

Quizás ni en las disfrutadas pesadillas de Stevenson, donde tuvo la inspiración de su obra, hubiera imaginado que una nación entera viviría en el interior del doctor Jekyll y el señor Hyde.

miércoles, 7 de julio de 2010

EL ESTADO ALIENANTE


El régimen que nos gobierna decidió ser marxista. El hecho que su líder fundamental haya reconocido que no se haya leído la principal obra de Karl Marx, El Capital, es solo un detalle menor. Lo importante es que reconocido el carácter de teocracia laica que se pretende imponer en el país, y a falta de libros escritos de parte del profeta mayor, se requiere una biblia, aunque no sea de consulta obligatoria.
Desde sus tempranas obras, Marx asumió la creencia que el desarrollo de las fuerzas productivas potenciadas por el capitalismo y las contradicciones de clases entre los poseedores de las herramientas de producción (burguesía) y los poseedores de solamente la fuerza de trabajo (proletariado), finalmente producirían una situación donde la clase obrera a partir de la acción revolucionaria se apropiaría de las herramientas de capital y acabarían los intereses clasistas. Al no haber clase que proteger el Estado desaparecería y sería el “fin de la historia” donde todos los hombres finalmente serían libres.
Disculpen la simplificación, pero interesa destacar el hecho de que para Marx, el capital generaba alienación, puesto que los hombres desprovistos de herramientas, deberían “vender” parte de su tiempo de trabajo a los capitalistas para garantizar su subsistencia, en un proceso productivo del que no forman parte.
Las tendencias de los países de capitalismo avanzado, desmiente esta aseveración, puesto que mayor es la posibilidad de trabajo independiente, la consustanciación de los recursos humanos con la misión de la empresa y de la apropiación vía participación accionaria de la mercancía, con lo cual el trabajo pierde su sentido alienante del que comentaba Marx.
Pero que ocurre en los países donde se pretenden instaurar los estados fundamentados en la creencia de Marx, pues sencillamente, que desaparece la noción del individuo, puesto que este solo forma parte de un proceso social. El Estado al declarar una situación de guerra permanente (contra la burguesía nacional, la burguesía extranjera, los imperialismos o lo que se le ocurra al profeta de turno) divide a los individuos en enemigos de clase y por tanto enajenado de sus derechos políticos, o integrantes del ejército revolucionario y por tanto, sometido a la disciplina de la institución castrense, llamada así porque castra el libre accionar del individuo.
De tal manera, que si bien puede ponerse en duda, el carácter alienante del capital, nunca este será tan claro como cuando los países se declaran marxistas.