Ya es un hecho, las elecciones serán el 12 de febrero del 2012 y no este año, como lo hubiera querido buena parte de la sociedad civil interesada en estos asuntos. Se entiende su malestar, aunque la discusión de la fecha debió ser un tema eminentemente técnico, ya que ésta decisión no representaba un fin en si mismo, sino que era un medio para el objetivo final que es la victoria de las fuerzas democráticas en las próximas elecciones, el tema se politizó, por que al final de cuenta afecta intereses y chocó con valores sentidos como el de ser tomado en cuenta en nuestras opiniones.
Por mi parte tengo algunas certezas, se que si en una paila con agua le someto durante un tiempo a un calor intenso, como el que fluye de las hornillas de mi cocina, al cabo de algunos minutos, ésta hervirá. Pero no tengo ninguna garantía sobre si el candidato electo en primarias en noviembre de este año será más exitoso que siendo escogido en febrero del año próximo, y seguro estoy que salvo conjeturas y argumentos rebatibles, nadie podrá dar fe cierta que una fecha era mejor que otra.
Pero entiendo la ansiedad del mundo opositor por tener un candidato. La angustia de no tener a nadie que se monte en la “arena de la lucha política” a enfrentar al toro que no deja de embestir.
Entiendo por mis cursos en gerencia de proyecto, que los problemas no se describen por su solución. El problema no es la ausencia de candidato, sino la ausencia de un liderazgo que haga frente a un presidente en campaña que hace lo que le da la gana, sin que nadie lo enfrente públicamente. El problema es el vacío opositor y que sencillamente hay que buscar llenarlo por lo menos hasta que tengamos el candidato en la calle.
Como una propuesta que espero sea estudiada se encuentra lo que se conoce como un gabinete de sombra. En el reino unido esta conformado por un conjunto de personas del partido opositor y que se esperan sean nombrados ministros, una vez se recupere el poder y por supuesto coordinado por el principal líder del partido opositor. Este gabinete de sombra, se dedica a analizar las políticas públicas y proponer lo que harían si ellos fueran gobierno.
En nuestro caso, no hay que esperar calcarnos el modelo inglés, pero puede ser asumido por la Mesa de la Unidad Democrática, y dirigido, mientras se elija al candidato, por los que han asumido la tarea de coordinación de la mesa. Tampoco la vocería tiene que recaer en una sola persona, sino que puede ser repartida atendiendo a la especialidad y experticia de los voceros. Para los que saben de basquetbol, en lugar de marcación hombre a hombre se debe plantear, una marcación por zona, es decir por tema.
El gabinete de sombra, no solo ocupará el espacio que la alternativa democrática no esta ocupando, sino que ofrece la posibilidad de demostrarle a la gente, que desde este lado, hay mejores capacidades para dirigir al país en los próximos años.
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