lunes, 4 de abril de 2011

EMETERIO MONTADO EN EL TREN


Ahora que está de moda los falsos debates, como el que quisieron protagonizar algunos estudiantes “gobierneros” para que los televidentes fijaran la vista en unas sillas vacías y no en una importante marcha universitaria, me vino a la memoria aquellos que hacíamos en la secundaria. Éstos en lugar de convencer con argumentos al adversario era una especie de prueba de conocimiento estilo “quien quiere ser millonario” donde intercambiamos preguntas y ganaba quien tuviera mayor número de respuestas acertadas. Algunos vivaces, en lugar de hurgar en el conocimiento ajeno, se dedicaban a las “conchas de mango”. Me acuerdo de una en particular: ¿Quién inventó la electricidad? y ante la inocente respuesta que fuera Benjamín Franklin, el interlocutor mostrando su triunfo de manera altanera respondía: “Falso, la electricidad no fue inventada, sino descubierta”. Punto para el equipo A y todos los ganadores a felicitar la viveza propia de nuestro gentilicio.

El tema me da vueltas en la cabeza desde hace tiempo, aunque reconozco que aún más desde que Emeterio Gómez, en el arranque de los Talleres de Reconstrucción Nacional (Tren) en Carabobo propusiera que la única alternativa al marxismo y al socialismo es el capitalismo, con el apellido que quisieran ponerle pero capitalismo al fin. Por tanto esta debería ser la bandera que debiera esgrimir la alternativa democrática ante la barbarie comunista con la que nos desgobiernan.

En este punto comienza mi desencuentro con Emeterio, y no porque no reconozca que éste sea el único sistema que está en capacidad de sacar a Venezuela de la pobreza y reconducirlo a la senda del progreso, sino porque el capitalismo es la consecuencia directa de las sociedades modernas cuando hacen uso de su libertad para el intercambio de bienes y servicios. Desde el gobierno no se puede construir el capitalismo. Éste no fue inventado por nadie, sino descubierto por brillantes pensadores como Malthus, David Ricardo o Adam Smith. No existió ningún rey que dijera como debería funcionar la ley de la oferta y la demanda. Caso contrario es el socialismo, para que este pueda operar hace falta restringir la libertad del hombre, que este no abuse de sus legítimas aspiraciones de vivir mejor y redistribuya la miseria resultante.

Denle libertad al hombre y tendremos capitalismo. Y el gobierno debe ocuparse que este capitalismo, beneficie a la colectividad en general y no a las fuerzas monopólicas que podrían surgir. Es la libertad, Emeterio, la libertad, la bandera que debemos enarbolar los que queremos una Venezuela democrática y de progreso.

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