Se debería esperar que alguien a quien se le designara como Ministro de Comercio, fuera una persona ducha en las ciencias económicas, que hubiera ocupado mucho de su tiempo aprendiendo como opera el mecanismo de producción y distribución de bienes. Pero este es un país bizarro, parece que desde la colonia y como muestra se hacen elecciones anticonstitucionales, pero las previstas por la ley, se quieren posponer.
Como contribución por tanto para mejorar el nivel del tren ministerial, propongo comenzar a ofrecer a través de estos artículos, algunos tips elementales que considero deben tener todos los que tienen a su cargo la responsabilidad de la producción y el comercio en el país:
1. No hay almuerzo gratis. Todo lo que se produce tiene un costo, independientemente que quien lo consuma no lo pague. Si el beneficiario no lo paga, otra persona lo hace. Los beneficiarios de la educación pública no pagan, lo hacen los venezolanos con sus impuestos o con el costo de oportunidad del uso de la venta del petróleo.
2.- Los Costos son algo más que la materia prima. El actual ministro de Industria y Comercio, deduce el precio de una arepa a partir del cálculo de usar un paquete de un Kilo de maíz y un kilo de pernil. Le deseo una larga carrera pública, porque como empresario su negocio no duraría dos días, si estas son sus premisas para valorar un producto; ya que además del costo de la materia prima, existen otros como el costos de la mano de obra directa y los costos indirectos de producción, y si existen ganancias antes de engordar el bolsillo de los accionistas, se deben pagar los impuestos de ley.
3.- La Ley de la Oferta y la Demanda no se deroga. Todavía no ha pasado, aunque pudiera ocurrir en Venezuela, que a un mandatario se le ocurra derogar la Ley de la Gravedad. Igual pretensión sería derogar la ley de la oferta y la demanda. La regulación inadecuada en el precio de los productos solo provoca escasez, aunque esta no se sienta en el corto plazo. Por cierto ahora que lo pienso, si existe una manera de derogar la ley de la oferta y la demanda, pero tiene como prerrequisito derogar también la libertad humana. Será por eso que Samán es Ministro.
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