viernes, 14 de enero de 2011

LLEGO EL LOBO


Todos conocemos el cuento de Pedro y el lobo. Aquel pastorcito que para matar el aburrimiento gritaba “el lobo, el lobo…” para después reírse viendo como el pueblo salía presuroso al rescate de sus ovejas. Hasta que llego el lobo de verdad y nadie salió a defenderlo.
Muchas veces se había hablado de que esto era una dictadura. Pero siempre que el gobierno avanzaba en su proyecto autoritario, se decía que estaba cerquita de la raya amarilla que separa la dictadura de la democracia, pero que no la había atravesado. Hoy hay que decirlo claramente, desde el año 2007 el gobierno se encuentra tomando decisiones no democráticas y claramente podemos decir que inauguramos el año bajo el signo del autoritarismo.
Para que exista democracia el pueblo de alguna manera debe estar vinculado al poder y a su vez el poder debe tener límites, en cuando a las decisiones que debe o desea tomar. Estos límites deben estar garantizados por una efectiva división de poderes y además consagrarse en un marco de libertad para la actuación y el ejercicio de la ciudadanía. Ninguno de estos elementos se encuentra presentes en la Venezuela actual.
La democracia requiere que la mayoría se encuentre en poder de los órganos que se ocupan de la promulgación de las leyes. Con la promulgación de la Ley Orgánica Electoral y el consecuente diseño de los circuitos electorales realizados por el Cne, hoy la mayoría se encuentra en clara minoría en la Asamblea Nacional. En este caso la mayoría electoral solo pudo garantizar una cantidad suficiente para ejercer vetos sobre leyes orgánicas y habilitaciones presidenciales.
El límite al poder está dado en una democracia en el respeto de los gobernantes a la constitución y las leyes de la república. El desconocimiento de la inmunidad parlamentaria de José Sánchez y Biagio Pilieri son solo una muestra que estos limites no están siendo respetados. Si esta prueba no es suficiente, vease el irrespeto a la propiedad privada con apropiaciones indebidas realizadas por el ejecutivo nacional sin causas de utilidad pública que la justifique, sin sentencia firme y sin el pago oportuno de la indemnización correspondiente; o el arrebato a las competencias exclusivas de las gobernaciones; o la pretensión de crear un estado comunal paralelo para" la construcción del socialismo" donde las elecciones populares directas y secretas son eliminadas para dar lugar a elecciones de segundo, tercero y cuarto grado.
Los postulados democráticos requieren de tres poderes autónomos que entre ellos se controlarían y se balancearían. La realidad es un poder legislativo disminuido ya que antes de concluir su período, la Asamblea Nacional anterior habilitó al presidente durante 18 meses, lo que en la práctica constituye una inhabilitación de la voluntad popular. Por otra parte con la reforma de la ley de partidos políticos que elimina el voto consciente de los diputados para amarrarlo al voto partidista o de bloque, se crea una limitación al poder de los representantes en la Asamblea Nacional.
El poder judicial conformado dista mucho de ser autónomo, por el contrario es una mayoría oficialista y claramente partisana que fue lograda a través de trucos legislativos y maniobras políticas. La aberración llega al extremo de designarse a diputados claramente identificados con la línea de gobierno como magistrados. Su accionar sesgado a favor del gobierno tiene su más claro ejemplo en la prisión de la jueza Afiuni, al sentenciar la excarcelación a un empresario, el cual por alguna razón había caído en el pantano de los odios presidenciales. Su prisión es un aviso de lo que puede pasar a los jueces que toman decisiones independientes.
El ejercicio democrático presupone que en un marco de pluralismo, las minorías puedan persuadir a la minorías para convertirse en mayoría y acceder al poder. Para que ello sea posible es necesario el ejercicio de la libertad, especialmente la libertad de expreción. La aprobación de la ley de responsabilidad social de radio y televisión y su reforma llaman a la autocensura. Aquellos canales o emisoras de radio o Tv que decidan mantener una línea crítica contra el gobierno o quien desee expresar su opinión a través de Intenet lo hacen a su cuenta y riesgo. Son muchas las emisoras que han cedido a las presiones gubernamentales. Rctv sin posibilidad de transmitir su señal a Venezuela, 32 emisoras de radio cerradas y las constantes amenazas y multas contra Globovisión con sus principales socios en el exilio, son la muestra de lo que pudieran pasar si te pones muy bocón. Algunos dirigentes políticos exiliados, algunos presos y otros bajo régimen de presentación parecen intimidar a los venezolanos en el ejercicio de sus derechos políticos.
Definitivamente los que dicen que en Venezuela existe un gobierno no democrático, hoy hay que darles la razón.

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