martes, 21 de septiembre de 2010

¿Y DESPUÉS DEL 26, QUÉ?


Escribo estas líneas a escasos días de las elecciones parlamentarias. De acuerdo a los resultados de las encuestas, la elección parece estar reñida en cuanto a números totales de votos, no así en cuanto a escaños a obtener. La manipulación del sistema electoral afectando tres de las variables, modifican las expectativas ciudadanas e inclinan de manera descarada el cuadro hacia una de las partes.
La afectación de las reglas de juego electoral para favorecer al sector oficialista fue la flexibilización para diseñar circunscripciones electorales al incorporar a las parroquias como entidad geográfica a ser tomadas en cuenta para este diseño, así pudieron realizar modificaciones a los circuitos conocidos en los Estados Lara, Zulia, Miranda, Carabobo y el Distrito Capital; igual le ofrecieron una mayor peso electoral a los estados y municipios con preeminencia rural sobre los de preeminencia urbana, de tal manera que mientras en Delta Amacuro, Amazonas o Apure para escoger un diputado solo basta menos de 20.000 electores, en el Circuito 3 de Carabobo requiere de 112.000 electores; y finalmente creando un sistema de votación cuasi-mayoritario, al permitir que los diputados electos nominalmente se sumen a los que el partido obtuvo por la lista. (Para analizar con detalle les recomiendo ver los escenarios elaborados y disponibles en: http://www.scribd.com/doc/37724266/Actualizacion-escenarios-parlamentarias-26-septiembre )
En este cuadro la oposición tiene dos retos para el domingo, obtener mayoría de votos y lograr quitarle la mayoría calificada al gobierno en el parlamento. Esperemos que lo logre. Ahora bien, no hay que ser adivino para presuponer que sea cual sea el resultado, el gobierno seguirá en su empeño de llevar a Venezuela al mar de la felicidad de cuba o cualquier cosa que le permita a la actual nomenclatura seguir disfrutando de las mieles del poder. Del resultado depende que los haga por la vía rápida de la reforma constitucional o por la vía tortuosa de las leyes. No obstante, la pregunta es, como ofrecer alguna esperanza de libertad para los presos políticos, como garantizar espacios para la iniciativa empresarial y el respeto a la propiedad privada de los medios de producción, como frenar los abusos contra la prensa libre y los limites arbitrarios a la libertad de expresión.
Sea cual sea el resultado, el país seguirá dividido en dos concepciones del mundo, y a pesar de lo que digan las elecciones, la mayoría desea libertad y respeto a las instituciones. El reto que se presenta a la minoría parlamentaria es hacer valer con su conducta lo que desea la mayoría del país.

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