martes, 13 de abril de 2010
EL TOTALITARISMO COTIDIANO
Voy a escribir, ocultando los nombres y con los errores u omisiones que pone la memoria tres conversaciones sostenidas en la semana anterior y que no dejan de ser expresión de nuestra Venezuela actual.
Conversación 1:
- Pequiven nos subió el precio de nuestra materia prima. Un producto lo subió en un 45% (polietileno) y el otro (Propileno) en 50%
- Pero si la inflación el año pasado fue de 25% ¿Y cómo van a ser? Porque con esta recesión, es difícil aumentar los precios sin afectar las ventas.
- Pero tendremos que hacerlo. Los que no pueden hacerlo son los proveedores de productos regulados, te pongo un ejemplo si tu le vendes los empaques de la Margarina, debes mantener el precio.
- ¿Y entonces?
- Algunas empresas quebraran, otras podrán soportarla. Pero lo peor es que no puedo informar a los medios, me amenazaron con dejar de venderme mercancía. Y no puedo quedarme sin materia prima.
- Y si acudes a la prensa y un periodista protege la fuente.
- Que va hermano. La prensa está peor que nosotros. El diario tiene prohibido no citar la fuente. Dicen que ellos están mucho más acosados, que tienen al gobierno encima…
Conversación 2
- Me llamo nuestra amiga la locutora, pidiéndome publicidad
- Bueno y cuál es la novedad, eso es parte de su trabajo.
- Sí, pero el mercado está en recesión. Nadie quiere invertir en publicidad. La emisora le dio un ultimátum. Si no consigue algunas pautas tendrá que compartir el espacio con un chavista.
- Así están las cosas.
- Así están...
Conversación 3
- Como están las cosas en Rctv, ¿sigues allí?.
- Si, todavía, pero mi trabajo es decirle a la gente que terminó su trabajo.
- Que broma. No me gustaría estar en tú lugar. Me imagino lo que es tener que dar malas noticias todos los días.
- Bueno, en realidad la gente lo esperaba. Y sé que al final yo también tendré que irme.
- ¿Y qué has pensado hacer?.
- Con mi esposo estamos evaluando la posibilidad de irnos del país.
- Eso lo están haciendo mucho. Hace años en Argentina, un gracioso escribió una grafiti cerca del Aeropuerto que decía “el último que se vaya que apague la luz”.
- Yo no quiero irme. Pero con este gobierno ya son tres veces que me ocurre esto. Yo vengo de Pdvsa y he vivido los dos cierres de Rctv. Uno pudo haber entendido lo de Pdvsa, al final éramos empleados públicos. Pero aquí somos sector privado. No se puede vivir en un país, donde un presidente tome decisiones y no le importe ni el trabajo, ni la vida de la gente.
Pensé en rebatirle algunos de sus argumentos. Que esto era solo un accidente histórico y que en algún momento saldríamos de esto, siempre lo hago, solo que en este caso, me quede callado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario