martes, 16 de junio de 2009

GRIEGOS Y AZTECAS


Hay dos hechos históricos que no dejan de ser admirados por quienes gustan de estos temas. Son dos proezas logradas por contingentes humanos en condiciones de profunda desventaja. Podemos acordar que la historia no se repite, pero da lecciones que pueden servir de ejemplo.
La primera proeza es el enfrentamiento de los griegos contra los persas en la segunda guerra médica. En aquella ocasión y para evitar la derrota de la primera invasión Persa en territorio griego ocurrida en Maratón, Jerjes quien deseaba conquistar Grecia organizó un ejército que los historiadores actuales calculan en quinientas mil soldados. Evidentemente fue el mayor esfuerzo bélico realizado por pueblo alguno en toda la edad antigua. Ante tal amenaza, espartanos, atenienses o tebanos tuvieron que dejar sus diferencias y sencillamente unirse para afrontar un enemigo que amenazaba con acabar con los cimientos de la sociedad y transformar profundamente su cultura, cambiar sus dioses y hasta acabar con su existencia.
Los Espartanos dieron la vida de su rey Leonidas y su legión de guerreros para detener a los persas en el paso de Termópilas. Este hecho fue fundamental para que el resto de las ciudades se prepararan para los futuros combates, especialmente la que diera la flota Ateniense en Salamina y realizar el golpe final en Platea. El mayor ejército que se hubiera organizado fue finalmente derrotado por el tesón, inteligencia y espíritu de sacrificio de un pueblo.
La segunda proeza, más que de un pueblo fue la realizada por un grupo de aventureros. Hernán Cortés, con un grupo que apenas superaba a las quinientas personas, pudo conquistar el poderoso imperio Azteca y fundar las bases del dominio español en lo que hoy es el territorio mexicano. Si bien hay elementos fortuitos, como la epidemia de Viruela que diezmó a la población indígena o el extraño parecido de los españoles a la imagen de sus dioses que permitió que éstos fueran bien recibidos, el triunfo de Cortés se debió a la complicidad de las tribus dominadas por los Aztecas víctima de su crueldad. Cortés pudo llegar y dominar a un imperio que sencillamente era odiado por sus súbditos.

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