A veces uno se pone nostálgico y recuerda aquellas épocas juveniles en los pasillos de la UCV, con el cuaderno de la materia del día y eventualmente algunos libros, que leeríamos en la biblioteca o en los espacios de la “capilla universitaria”. Como estudiante de ciencia política teníamos que conocer muy bien el concepto de soberanía que recuerdo definido por Bodino en algunos de los tomos de los seis libros de la república, para referirse al poder que no responde a ningún poder. El tema era muy interesante desde el punto de vista de la filosofía política, puesto que en aquellas épocas donde los reyes mandaban, el soberano era el rey. A partir de la revolución Francesa, el rey demostró al poner su cabeza en la guillotina que no eran tan soberano como se pensaba, y que esa representación le correspondía más bien al pueblo.
Desde el punto de vista del derecho internacional, la figura donde se encarna este poder máximo es finalmente el Estado. De allí que Venezuela como estado soberano que es desde 1830, tiene todo el derecho de tener las relaciones que les venga en gana con cualquier país que exista sobre el globo terráqueo. Así mismo, Estados Unidos, que también es soberano, tiene el derecho de no financiar a un grupo de empresas que decidieron soberanamente comerciar con un país que se le declara enemigo. A pesar de eso, decir que Pdvsa, será sancionado porque le vende o le compra quien sabe que cosa a Irán, suena como a metiche.
Sin embargo las sanciones a Pdvsa resultaron de lo más simbólicas. Nada que afecte sus finanzas, ni los requerimientos de divisas del país. Constituye eso sí, una excelente ocasión para la comedia. Gritar a los cuatro vientos que "Venezuela se respeta" y que no dejará su soberanía así los venezolanos tengamos que pasar el resto de la vida comiendo ñame y sardina.
Dentro del marco electoral es lo que en el argot beisbolístico una bombita para el presidente y su partido. Algo más complicado es para la oposición, apoyar las sanciones sería considerado una postura antinacionalista. “Defender la industria petrolera” sería pecar por una posición complaciente con un gobierno felón. Sin necesidad de aplaudir el espectáculo de los “soberanos” países, la única manera real de defender a Pdvsa, es sencillamente quitársela a los malandros que han convertido a nuestra industria en la ruina que es hoy, cosa que sucederá un vez que el pueblo venezolano recobre la soberanía perdida en manos de un teniente coronel retirado. ¿Por cierto, que tal si le preguntamos a la gente con quien prefiere comerciar, con Irán o con los Estados Unidos de América? solamente para saber que opina el soberano.
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