miércoles, 18 de agosto de 2010

ES LA SEGURIDAD, IDIOTA


50 asesinatos por cada cien mil habitantes, según cifras oficiales filtradas a un periódico nacional y cálculos que me permití realizar no son cifras para que los idiotas rían. Un documental realizado por periodistas españoles pone el dedo en la llaga. “Los Guardianes de Chávez” causaron un escándalo debido a su transmisión y retransmisión por parte de Cnn en español, muestra las más señaladas de las tantas falencias del actual régimen. Ciertamente ni Guasdalito, ni el 23 de enero son Venezuela, el video tiene un claro sesgo que los oficialistas llamarían oposicionista, pero nadie puede negar la veracidad de lo encontrado por los comunicadores españoles. Al igual que las pruebas presentadas por Hoyos en la Oea, no hay vocero oficial que pueda negar las evidencias.
Lo que se observa en el video es la rendición del poder del Estado ante los criminales. Mientras Weber, el famoso sociólogo alemán, definía al Estado como la entidad que posee el monopolio de la violencia legítima, el video demuestra que en Venezuela las fuerzas irregulares son aceptadas por la población, porque de alguna manera les da la protección, que el Estado no le garantiza. Igual muestra que el régimen necesita de delincuentes que lo protejan, porque no confía en las fuerzas institucionales.
El 23 de enero, se siente más protegido por los Carapaicas que por la policía metropolitana. Los hacendados que pagan “vacuna” a las Farc o a las Fuerzas Bolivarianas de Liberación se sienten más seguros que por la gendarmería institucional de la nación. El único problema, es que el orden que los grupos irregulares proporcionan, lo hacen de acuerdo a sus normas y caprichos, no al estado de derecho. Si los gobernantes abusan, que esperar de grupos irregulares que se enfrentan, tanto a malandros, traficantes de drogas, policías u otras pandillas de la zona.
El gobierno, poderoso para confiscar fincas, cerrar medios de comunicación, encarcelar jueces o perseguir a banqueros y dueños de medios, es incapaz de brindar algo de seguridad a la ciudadanía. Mientras se preocupa por extraditar a Zuloaga por acaparar Camrys, un padre se va del barrio donde vive, para garantizar la vida de los hijos que le quedan; mientras piden a la Interpol detener a Mezerhane, una bala perdida, hiere a una jugadora de la selección femenina de beisbol de Hong Kong. Un hecho fortuito, como los muertos de fines de semana que se apilan en una morgue, que presentan una regularidad estadística poco aleatoria.

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